Practica hasta alcanzar la excelencia
Las prisas y la improvisación nunca son buenas.
Si queremos conseguir un resultado excelente debemos practicar hasta que se convierta en un hábito.
La cultura del esfuerzo y de la perseverancia parece desterrada de la mente de muchos profesionales y organizaciones, que viven bajo el yugo de las prisas y de los resultados inmediatos.
Pero la consecución de los objetivos requiere siempre esfuerzo, dedicación y tiempo para reaccionar cuando los resultados tardan en llegar o cuando lo que llega no es lo esperado.
Adáptate
Un empresario debe escuchar y conocer los gustos y necesidades de sus empleados y sus clientes.
La clave está en ser capaz de crear una relación especial con ellos, atraerlos y fidelizarlos.
El núcleo es siempre el cliente.
Por eso una de las herramientas más importantes es la comunicación y, sobre todo, saber escuchar y mantener el contacto visual y emocional.
El error no es más que una alerta que nos advierte de la necesidad de tomar un cambio de sentido.
Trabaja en equipo
Somos interdependientes y, por tanto, el sentimiento de participación y de aportación es una pieza crucial del compromiso.
En las empresas la creación de equipos diversos e implicados en la línea de trabajo favorece la consecución de objetivos.
Sólo necesitamos una razón para empezar a actuar y ésta nace de la actitud, de creer en un objetivo.
Creer es crear. Sólo cuando crees en algo empiezas a hacerlo realidad.
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