El propietario del proceso es el responsable de la ejecución
del mismo. Por lo tanto ha de tener autoridad suficiente para tomar decisiones.
Ha de tener o adquirir un profundo conocimiento del proceso y
la dirección ha de dotarle de suficiente autoridad, de forma que le permita
tomar decisiones sobre aspectos que pueden no corresponder a su posición en la
estructura funcional.
Se pueden tomar los siguientes criterios:
- Tiene el mayor nivel jerárquico de todas las que son “atravesadas” por el proceso.
- Tiene una mayor influencia en la satisfacción del cliente del proceso.
- Aporta más valor al proceso.
Evidentemente, todo depende del tamaño de la organización, puesto que en empresas de tamaño reducido, el responsable de todos los procesos puede ser una sola persona.
Lo importante en todos los casos es que haya un proceso de trabajo, puesto que en muchas organizaciones de distintos tamaños que he visto, ni siquiera lo tiene... van organizando a medida que van trabajando y luego nos encontramos que no saben bien dónde están unos documentos o tienen archivos duplicados.
Todo ello comporta una pérdida de productividad y en muchas ocasiones un mal servicio o producto al cliente final, puede que un cliente nuevo no lo perciba... pero en un cliente habitual es totalmente distinto y puede ocasionar la no conformidad o pérdida de dicho cliente.
Tener claro quien es el responsable de un proceso de trabajo, mejora a su vez la comunicación de la organización, puesto que en caso de incidencia o de cambio de perspectiva de ese proceso, hace que tal como he comentado, no se duplique información y sea más sencillo localizar documentos y la persona responsable participe y se de cuenta del funcionamiento real.
Eso no quiere decir que se haya de estar modificando continuamente, puesto que la base inicial puede ser la misma.
Lo importante en todos los casos es que haya un proceso de trabajo, puesto que en muchas organizaciones de distintos tamaños que he visto, ni siquiera lo tiene... van organizando a medida que van trabajando y luego nos encontramos que no saben bien dónde están unos documentos o tienen archivos duplicados.
Todo ello comporta una pérdida de productividad y en muchas ocasiones un mal servicio o producto al cliente final, puede que un cliente nuevo no lo perciba... pero en un cliente habitual es totalmente distinto y puede ocasionar la no conformidad o pérdida de dicho cliente.
Tener claro quien es el responsable de un proceso de trabajo, mejora a su vez la comunicación de la organización, puesto que en caso de incidencia o de cambio de perspectiva de ese proceso, hace que tal como he comentado, no se duplique información y sea más sencillo localizar documentos y la persona responsable participe y se de cuenta del funcionamiento real.
Eso no quiere decir que se haya de estar modificando continuamente, puesto que la base inicial puede ser la misma.
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